Resultados de la investigación etnográfica sobre procesos integrativos de inmigrantes del Sur global residentes en Tijuana
RESUMEN EJECUTIVO
El proyecto de investigación La Tijuana Tropical. Migrantes del Sur Global habitando y reinventando la ciudad frontera se realizó bajo auspicio del CONACYT y contó con la asesoría de la Dra. Laura Velasco, investigadora de El Colegio de la Frontera Norte. Quien suscribe fue el único investigador participante y el trabajo de campo se realizó en diversas locaciones del municipio de Tijuana entre Noviembre de 2021 y Agosto de 2022. A continuación muestro una síntesis de la metodología aplicada y los principales hallazgos obtenidos tras el análisis cualitativo de datos.
METODOLOGÍA
El diseño metodológico se basó en una etnografía híbrida, presencial y digital, que integró diversas técnicas de análisis y recolección de datos: observación participativa, conversación informal, conversación semi-estructurada orientada a la elaboración de relatos de vida y cartografía inmigrante. La etnografía destaca por su carácter intersubjetivo y la generación de información cualitativa. Asimismo, es un método emergente de diseño flexible. Esto último se concreta en modificaciones al proyecto inicial con base al desarrollo de la investigación. En este caso, abandoné un marco teórico basado en los conceptos de trauma, memoria, violencias y construcción del espacio por el esquema de la integración socio-cultural derivado del multiculturalismo y la interculturalidad. Esta decisión estuvo justificada por los resultados de la fase exploratoria, en concreto, la constatación de inexistencia de espacios habitados densamente por inmigrantes y del perfil de los inmigrantes con varios años de residencia en México. Finalmente, el sujeto de estudio (migrantes del Sur global) se concretó en individuos y grupos pequeños de las colonias venezolana, hondureña, salvadoreña y haitiana1 residentes en Tijuana. Asimismo, y por último, el proceso de campo se ajustó a principios de ética en investigación social: consentimiento informado, reducción de perjuicios al sujeto de estudio, no explotación del sujeto de estudio y reducción de perjuicios a otros investigadores.
RESULTADOS
Perfil sociodemográfico (por origen nacional)
Venezuela. Por grupo etario predominan las cohortes de 30 a 39 y de 40 a 49. Junto a la paridad por género, se constata una tendencia a establecer matrimonios mixtos. En el rubro educativo, predominan aquellos con estudios universitarios, especialmente entre los inmigrados a México entre 1990 y 2014. Entre las ocupaciones laborales encontré: profesores universitarios, empresarios de restauración y entretenimiento, ingenieros, comunicadores, choferes, amas de casa y emprendedores (autoempleo). Por origen, la mayoría proceden de zonas urbanas de las regiones andina (Mérida y Táchira) y caribeña (Maracaibo, Maracay y Caracas), residiendo en destino desde hace 35 a 2 años. Al parecer, la migración hacia la frontera norte se realiza siempre con etapa en la Ciudad de México. Es posible que exista un proceso progresivo de reunificación familiar. Todos los casos registrados cuentan con documentación de legal estancia en México, bien como refugiados, bien con permisos de trabajo o naturalización por matrimonio.
Honduras. A diferencia del anterior, los grupos contactados de la colonia hondureña en Tijuana están conformada mayormente por adultos jóvenes (30-35), jóvenes (18-29 años), adolescentes e infantes. En la división por género prevalece el femenino, derivado de un notable número de núcleos de parentesco monoparentales. Así y todo, se han formado algunas alianzas mixtas sin cambiar un esquema dominante endogámico. A nivel educativo y ocupacional, predomina la diversificación: desde primaria a posgrado universitario y desde jornaleros hasta pequeños empresarios, aunque sin registro en el rubro de profesionistas altamente cualificados. Por origen, la gran mayoría provienen de las zonas metropolitanas de San Pedro Sula y Tegucigalpa, incluídas poblaciones garífunas e indígenas. Mayormente han ingresado a México por Chiapas pero con distintas trayectorias migratorias. Aunque de las entrevistas recabadas se desprende que el proyecto migratorio primigenio consideraba Estados Unidos como su destino final, en este grupo incluyo a las deportadas desde ese mismo pais que se asentaron en la frontera norte. Un segundo grupo, tuvo a México como destino final. En general, cuentan con algún tipo de documentación expedida por el gobierno mexicano, en caso contrario usan documentos hondureños que son aceptados por instituciones de gobierno local y estatal, según testimonian varias personas colaboradoras con la investigación. Los primeros residentes en Tijuana se remontan, al menos, a finales de los años 2000.
El Salvador. La franja etaria mayoritaria entre los grupos de salvadoreños contactados se ubica entre los 35 y 45 años, existiendo un grupo notable de menores de edad y algunos individuos que rebasan los 50. En relación a la división por género, esta colonia ostenta un leve ascendente femenina. El patrón de parentesco es nuclear, con una parte de tipo monoparental y varias uniones mixtas. En general, el nivel educativo es mínimo o medio, mientras que entre las ocupaciones destacan los trabajadores de cuello azul junto a algunos micro-empresarios. En ambos casos, están presentes en el sector formal e informal de la economía. Las regiones de expulsión son los departamentos orientales y la zona metropolitana del Distrito Capital. Encuentro dos perfiles definidos por el tiempo. El primero está vinculado con la expulsión generada por la guerra civil que terminó en los noventas del siglo pasado, con destino final Estados Unidos; un segundo perfil integra a quien emigra de El Salvador a partir de 2009 y hasta la actualidad. Este último, tiene como destino México y, en menor medida, Estados Unidos. Los primeros salvadoreños se asentaron en Tijuana hace tres décadas. Respecto al estatus migratorio, apenas he registrado salvadoreños indocumentados. Al contrario, una parte muy sensible de quienes llegaron a México la década pasada se encuentran con estatus de refugiado, mientras que los más antigüos se legalizaron por matrimonio dos o tres décadas atrás.
Haití. La colonia haitiana radicada o en tránsito por Tijuana es, predominantemente, joven y con un segmento notorio de menores de edad, en un perfil similar al contingente hondureño pero con grupos de parentesco nucleares y, en gran medida, biparentales. Igualmente, el nivel educativo es diverso, existiendo tanto titulados universitarios como individuos con instrucción básica. En correspondencia, las ocupaciones oscilan entre los profesionistas (enfermería, abogacía…) y los jornaleros urbanos de esquina. Sin embargo, la colonia haitiana se caracteriza por ocupar principalmente empleos del sector informal y cuya retribución es diaria: lavacarros, diableros, vendedores ambulantes, recamaristas, micro-negocios, etcétera. Su patrón de movilidad nacional e internacional es alto, la persona contactada con más antiguedad en Tijuana data de 2015. Aparentemente, el destino migratorio fue y es Estados Unidos salvo un grupo muy minoritario que está en proceso de integración en México. Sin datos sobre su estatus jurídico. Las regiones de origen son Haití, Chile y Ecuador.
INTEGRACIÓN POR TIPOS
Espacial. El patrón predominante de asentamiento es difuso con algunos puntos del centro urbano como mayor densidad. Sin embargo, esto último se debe en parte a una mayor oferta laboral y posibilidades económicas derivadas de la centralidad urbana. En el caso salvadoreño la tendencia es asentarse en zonas periféricas incluyendo asentamientos irregulares, mientras que la colonia haitiana está más representada en las zonas más económicas del centro.
Económica. Cabe señalar que la integración económica no concluye con la inserción laboral ya que esta puede establecer y perpetuar desigualdades estructurales y exclusiones étnico-nacionales. La colonia venezolana, como fácilmente se deduce de su perfil socio-demográfico, ocupa una posición socio-económica media y media-alta en lo referido a los primeros asentamientos, hasta 2015 aproximadamente. Un segundo grupo, más reciente, aún contando con capital social y humano ocupa roles laborales precarios o marginales. Aún en puestos de trabajo o actividad empresarial más modesta, la comunidad hondureña en Tijuana muestra una plena integración económica sin registro alguno de segregación laboral (nichos de trabajo). Son los casos salvadoreño y haitiano quienes exhiben una mayor tendencia a ocupar los lugares más bajos de la estructura socio-económica local. Mientras que el grupo haitiano cuenta con microempresarios y profesionistas junto a gran número de trabajadores informales, entre los migrantes salvadoreños predomina el empleo asalariado tanto formal como informal sin ocupar un nicho específico determinado por su identidad nacional. En general, se puede afirmar un proceso afirmativo en la esfera económica y laboral en particular.
Social. Son dos los principales indicadores de integración social que redundan en la formación de redes sociales propias y redes sociales interculturales. Así, consideré la formación de uniones mixtas y la existencia y persistencia de la membresía a instituciones sociales tanto de inmigrantes como nativas. Como señalo en la descripción de los perfiles socio-demográficos, los matrimonios o uniones mixtas con individuos mexicanos son comunes entre las colonias venezolana y salvadoreña, mientras que su número es más reducido entre haitianos y hondureños sin dejar de producirse. En sintonía, en Tijuana existe ya una segunda generación de inmigrantes del Sur global con ciudadanía mexicana o con doble ciudadanía. En segunda instancia, se constata la participación de inmigrantes en asociaciones nativas (p. ej. Antorcha Campesina) como la instauración de otras de reivindicación étnico-nacional (cultos, restaurantes típicos, club de fútbol, etcétera). En suma, el proceso de integración social puede considerarse, en principio, satisfactorio.
Cultural. Es este caso una excepción con respecto a los tipos anteriores. Derivado de varias sesiones etnográficas en espacios de contacto intercultural, así como algunos datos derivados de la etnografía digital y de las entrevistas a profundidad, las identidades étnico-nacionales de estas colonias de inmigrantes están sometidas al desdén y rechazo de las conductas y opiniones de la corriente principal de la sociedad receptora. En resumen, la extranjería en general y la periférica en particular son motivo de agresión y subalternización. El reto de la ciencia social aplicada radica, pues, en establecer diagnósticos y propuestas de integración cultural basada en el respeto e identificación de la diversidad étnico-nacional local dentro de un proceso hacia un modelo social multicultural.
Dr. en Ciencias Antropológicas Iban Trapaga
Investigador Posdoctoral Conacyt
1El acceso y negociación con varios grupos de esta comunidad requirió de mayor tiempo por lo que los resultados fueron más limitados que en el resto de casos.